En este edificio de 64 apartamentos, solo 4 tienen alimentada la red de agua directa de la calle. Los 60 restantes reciben el caudal desde la azotea. Algunas mañanas, cuando los tanques se llenan durante la noche, y los tres vecinos de planta baja todavía duermen, recibo al ducharme un chorro en la cabeza que podría matarme si no me agarro bien del manubrio heredado de una inquilina que se mareaba. Una vieja divina, según me dijeron.

Es ahí, en ese momento, que la presión de agua transmite algo que viene circulando en cañerías y calles, en océanos y mangueras de bomberos. Puede sorpender a cualquier desprevenido que haya dejado abierto el alero. Hoy pensé en tres películas que habíamos comenzado a ver, suspendidas a la mitad por diferentes razones.

La apertura hacia distintas formas narrativas, su conocimiento y disfrute, ayuda de forma significativa a leer la realidad de una manera no lineal, como si cruzaras de noche los diálogos del día de forma aleatoria y pudieras avanzar un paso o dos en la comprensión de las cosas que te han sucedido.