En la terraza hay 5 lámparas. Una para donde está la ropa y las otras 4 distribuidas. Entre todas dan un ambiente de luz baja. Cada una tiene un radio de influencia y hay sectores donde avecinan. Cuando falla una, no me da igual, tengo que movilizarme. Recién puse la escalera y la que guiñaba decidió revivir.
Pienso que ya tuve suficiente ciudad, descubrí que soy rural, que vivo exiliado. Cuando viva allá afuera, las luces o no luces me van a chupar un huevo.