Hubo una época allá hace tiempo donde si decías que te gustaban las canciones de Fernando Cabrera, el langa de turno te preguntaba qué problema tenías. Luego que seguía sin gustarle pero que tal canción la escuchó cantada por otro y sí. Un día lo ves con la novia en recital. En la semana, busca canción en disquería. Hace que el vendedor llame a otros locales. Mira el reloj cuando escucha la hora de cierre. Lo reserva. Da un sorbo a la lata. La tira de lejos a embocar en un cesto y adivinen.